Évora, Alentejo. Portugal, año nuevo 2010.
Esa noche de enero la Diosa Madre, Reina del Cielo quería cruzar a través de las nubes para llegar al templo de columnas y quedarse bajo la protección de las murallas de Évora entre las viejas y húmedas piedras. Ya se había quedado vacía la Praça do Giraldo y el olor y calor de las castañas asadas se había perdido en el frío del invierno. Las calles estaban quietas y una placentera sensación de tranquilidad cubría la ciudad. Más allá del acueducto, sobre las dehesas de alcornoques la fina lluvia volvía a empapar las suaves colinas alentejanas.
1 comentario:
esto es una foto???, o es un poster!!!, la has hecho tu???
wauuuuuu!!!
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