Jaipur, la ciudad rosa, es la capital del Rajastán indio. En sus calles puedes ver mercados de frutas y verduras, cerámica, lecherías ambulantes, peluquerías y urinarios públicos en las esquinas al aire libre. Caos de tráfico incesante, de pitidos y polución. Toda una experiencia sensorial para un occidental. Un paseo por los bazares y un trayecto en rickshaw al atardecer nos llevó hasta el Palacio de los Vientos mientras el cielo amenazaba tormenta y un calor húmedo dejaba caer unas enormes gotas de lluvia después de un día de sol abrasador en el desierto.
El Hawa Mahal es parte del Palacio y servía para que las mujeres del harén pudieran observar ocultas tras las ventanas la vida en las calles sin que pudieran ser vistas. Aunque la ciudad es rosa la fachada tiene en la foto el color anaranjado del atardecer con las pesadas nubes de tormenta. Más tarde la luz se hizo aún más bonita mientras atravesábamos las puertas de la muralla entre el caos y el humo.
1 comentario:
Estoy viendo esta bonita foto con mamá, aquí en mi casa. Un beso.
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