sábado, 29 de enero de 2011

amanecer de enero


La densa niebla se retiró despacio el viernes por la mañana, con las primeras luces del alba. La luna llevaba toda la noche fuera y decidió quedarse hasta que el día estuviera bien entrado para poder asomarse a través de las nubes bajas. Brillante y nítida detrás de los deshilachados jirones de niebla anunciaba que el tiempo estaba cambiando. Quedaban por delante días de frío típicos de enero. Las bufandas, los guantes y los gorros volvían a salir a la calle. Me despedí de la luna hasta la noche y comenzó un nuevo día.

1 comentario:

Darredor Da dijo...

Impresionante Lúa de Xaneiro¡¡¡¡