sábado, 5 de febrero de 2011

Júpiter y la puesta de Luna


Dos días después de la Luna nueva de Febrero al final de la tarde se puede ver un trocito del satélite iluminado por el Sol. En su transitar por el cielo la sigue un punto luminoso que resulta ser el planeta Júpiter. El ocaso es especialmente agradable y templado después de un día de invierno que amanece frío y soleado.


Un buen rato después de anochecer la Luna se acerca al horizonte después de estar todo el día cruzando el cielo. La temperatura baja y el aire frío retiene toda la contaminación que genera la ciudad creando bancos de humo y dispersando la luz. La Luna, cada vez más tenue, se vuelve naranja como las luces y desaparece tras la cortina de humo.

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