sábado, 11 de septiembre de 2010

el león de San Marcos

 
En aquella época, la República Serenísima era el estado más poderoso del Mediterráneo. En multitud de puertos desde las orillas del Adriático hasta el mar Negro, desde Alejandría a Estambul, poseía privilegios, almacenes y magistrados... En tierra gobernaba sobre casi todo el norte de Italia, incluidas Brescia y Bérgamo, las ricas ciudades de Lombardía, y había establecido buenas relaciones con los países de Europa. Sus barcos mercantes levaban anclas desde el Egeo a Flandes, en dirección a Inglaterra o a los puertos del Báltico y los almacenes de los palacios de mármol que daban al Gran Canal rebosaban de especias y porcelana de Extremo Oriente, de China, a la que sólo había llegado Marco Polo, de cerámica de Anatolia y de vinos de Creta, de cobre, hierro y plata llegados del norte, de paños ingleses y pieles siberianas. En las enseñas de los navíos que surcaban los siete mares, el viento hacía ondear la melena del león de San Marcos...

"Los turbantes de Venecia"
Nedim Gürsel

2 comentarios:

Laura dijo...

Entonces habeis ido a Italia? Que bien, ya me contaras!

treeHugger dijo...

Me encanta Venecia. Este verano estuve cerca, entre la Civeta y el monte Pelmo.