lunes, 31 de enero de 2011

Jaipur y el Hawa Mahal


Jaipur, la ciudad rosa, es la capital del Rajastán indio. En sus calles puedes ver mercados de frutas y verduras, cerámica, lecherías ambulantes, peluquerías y urinarios públicos en las esquinas al aire libre. Caos de tráfico incesante, de pitidos y polución. Toda una experiencia sensorial para un occidental. Un paseo por los bazares y un trayecto en rickshaw al atardecer nos llevó hasta el Palacio de los Vientos mientras el cielo amenazaba tormenta y un calor húmedo dejaba caer unas enormes gotas de lluvia después de un día de sol abrasador en el desierto.

El Hawa Mahal es parte del Palacio y servía para que las mujeres del harén pudieran observar ocultas tras las ventanas la vida en las calles sin que pudieran ser vistas. Aunque la ciudad es rosa la fachada tiene en la foto el color anaranjado del atardecer con las pesadas nubes de tormenta. Más tarde la luz se hizo aún más bonita mientras atravesábamos las puertas de la muralla entre el caos y el humo.

domingo, 30 de enero de 2011

el cazador de invierno


El día había sido muy frío y la noche se presentaba heladora. Con este tiempo el cielo estaba despejado y nítido y decidí subir a ver las estrellas y visitar a Orión, que este mes se muestra en todo su esplendor. Todos los inviernos en las noches frías busco a Orión y siempre lo encuentro en un cielo diáfano. Con varios grados bajo cero y un penetrante viento del noreste apenas pude quedarme un rato metido en mi anorak, mi gorro y los guantes que me ponía mientras funcionaba el disparador de la cámara. El Cazador ya estaba alto en el cielo y sus estrellas Rigel y Betelgeuse brillaban abajo y arriba del cinturón que forman Mintaka, Alnitak y Alnilam. En la foto también aparecen Sirius y Aldebarán, pero a ellas les corresponde otra entrada. La contaminación lumínica hace que el cielo aparezca anaranjado haciendo que las estrellas pierdan brillo.

sábado, 29 de enero de 2011

amanecer de enero


La densa niebla se retiró despacio el viernes por la mañana, con las primeras luces del alba. La luna llevaba toda la noche fuera y decidió quedarse hasta que el día estuviera bien entrado para poder asomarse a través de las nubes bajas. Brillante y nítida detrás de los deshilachados jirones de niebla anunciaba que el tiempo estaba cambiando. Quedaban por delante días de frío típicos de enero. Las bufandas, los guantes y los gorros volvían a salir a la calle. Me despedí de la luna hasta la noche y comenzó un nuevo día.

domingo, 23 de enero de 2011

mucho frío

 
Enero ha decidido que ya es hora de traer de nuevo el invierno. Después de muchos días de temperaturas suaves, nieblas y tiempo casi de inicios de primavera la posición de un anticiclón al norte y una borrasca al este nos conecta directamente con Siberia para que no nos olvidemos que todavía nos queda mucho invierno por delante. El viento del noreste, frío y seco congela todo a su paso y el sol engaña sin que apenas caliente algo. A cambio se disfruta de cielos despejados y de una visibilidad perfecta que solo se da en esta época. Bien abrigados el invierno ofrece su cara buena con cielos absolutamente azules de día y miles de estrellas y una luna nítida de noche. ¡Hay que disfrutar del frío!

miércoles, 19 de enero de 2011

anticiclón de invierno


Durante días la niebla se queda flotando sobre la ciudad, el campo, los valles. Tiene un olor sutil, igual que su textura húmeda y ligeramente estática. Produce sensación de irrealidad y calma, como si amortiguara la vida alrededor. Por la noche es más espectacular y pasear por las zonas poco iluminadas hace que te muevas en un mundo de sombras indefinidas y borrosas. Al volver a las calles más transitadas las luces se difuminan y la sensación de humedad y frío te hace recordar que hay que volver a casa.