Estamos en mitad de julio, aunque aquí la meteorología es benévola y nos libra de los 40º C. Las colas de varios frentes atlánticos que circulan más al norte llegan hasta estas latitudes y dejan temperaturas a veces otoñales y cielos cubiertos mientras en otras partes de la península el rigor de la estación veraniega se impone. Entre una borrasca y otra quedan unas horas de cielos despejados por el viento del noreste. Al final de la tarde las nubes se marchan rápido hacia poniente y aparece el brillante Venus y la sorpresa de la Luna cenicienta que inicia su fase de creciente y que se pondrá un rato después del Sol y antes que Venus. Cuando la luz del crepúsculo baja de intensidad se distingue también el brillo de Régulus, en Leo, que forma un triángulo entre la Luna y Venus hacia la derecha. Todo un espectáculo para relajarse y disfrutar del cielo de verano. Un poco más tarde habrá que sacar el 2.8 que tan amablemente me han dejado (oh, maravilla!!!).
No hay comentarios:
Publicar un comentario