La fascinante imagen de Soledad Felloza de las casas colgadas y la hoz del Huécar me hizo rebuscar entre las viejas diapos hechas hace años, en una oscura noche de temporal de mediados del otoño. Envueltas entre el viento y la lluvia las casas de piedra se asomaban al vacío. Las calles empinadas, pasadizos, escaleras y recovecos de la ciudad vieja, colgada entre dos precipicios, estaban desiertos a merced de los caprichos de la noche. Cuenca encantada y misteriosa ...
1 comentario:
Preciosa imagen, Esa luz dorada de la iluminación hace unos juegos increíbles
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