domingo, 24 de enero de 2010

miradas II





La curiosidad es mutua entre la mirada del gato y la mía. ¿Qué pensará mientras me ve hacer la foto? Está acostumbrado a ver a seres extraños como nosotros merodeando por ahí. Al menos no le ha supuesto una gran molestia dedicar un momento a mirar al objetivo. Después seguirá al sol del otoño en la plaza o en las escaleras de piedra de la aldea en la montaña.
Me gustan los gatos. Los hay por todas partes y siempre los identifico con los pueblos tranquilos y soleados del mediterráneo y las bulliciosas ciudades de oriente. Son elegantes, precisos, sigilosos y rápidos y están presentes en la vida y la mitología de multitud de culturas.

2 comentarios:

Marineta dijo...

A mi también me encantan los gatos. Mi Galita me ronronea mientras comparto contigo estas líneas.

frikosal dijo...

Si. Una temporada que pasé en Inglaterra, de lo que más me fastidió es que en los pueblos no hubiera gatos.