No te dije adiós, te dejé un abrazo y una caricia y tú me devolviste unos ojos entornados. Puedes pensar que me marcho para no volver, pero no sufras: piensa, en cambio, que este camino que nos separa es el que nos ha hecho encontrarnos; piensa que lo que nos ha unido nunca fue la presencia, sino el estar presentes, siempre ahí, por encima de la distancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario